miércoles, 20 de octubre de 2010

Hitler y sus amigos

Mucho se ha hablado de Hitler como un ser solitario y sin amigos. No es cierto. A Hitler nunca le gustó estar sólo. Necesitaba estar constantemente rodeado de gente. De hecho, tengo la impresión de que detestaba la soledad. También es habitual oír que Hitler era una persona enigmática. ¡Nada más lejos de la realidad! Hitler hablaba sin parar y no tenía el menor problema en hablar de su propia vida. En realidad se ha hecho su figura enigmática, para que los historiadores puedan adornar sus historias con muchas dosis de fantasía. Pero no hay muchos enigmas en lo concerniente a su personalidad. En una ocasión dijo:

"No soy un hombre solitario; ¡tengo el mejor amigo del mundo, tengo a Göring!" ("Göring", David Irving)

Llama la atención que un hombre de la posición de Hitler, prefiriera siempre la compañía de sus empleados a la de grandes estadistas, principes o ministros. A excepción de Mussolini, nunca le gustó la compañía de políticos ni estadistas. Resulta realmente curioso ver cómo Hitler prefería comer en compañía de sus empleados. En ese sentido, fue un líder muy cercano a su pueblo. Bastaba contratar a una secretaria o una cocinera, para que ésta fuera parte del séquito del Führer. 

Su fotógrafo escribió un libro llamado "Yo fui amigo de Hitler". En verdad fueron muy amigos. Hitler se reía mucho con las ocurrencias de Hoffman. En una ocasión Hitler llegó a decir "Cuando Hoffman se ausenta por unos días, le echo de menos". Su secretaria le respondió que Hoffman estaría encantado de saber eso y Hitler le respondió que ya lo sabía. Eso nos aleja mucho de un Hitler frío y distante. 

Albert Speer repitió hasta la saciedad que Hitler fue su amigo. Pero todos los comentarios de Speer deben mantenerse en cuarentena porque se pasó media vida intentando salvar su pellejo. No obstante, es cierto que pasaron muchos ratos juntos y que Hitler se relajaba mucho en su presencia. Trabajaron mucho juntos haciendo proyectos y Hitler siempre le prefería porque podían hablar durante horas de arquitectura. 

Pero Hitler siempre prefirió la compañía de sus secretarias y servicio doméstico. De ahí que hayan proliferado las memorias de varios de ellos. Estas memorias resultan muy valiosas para conocer la personalidad de Hitler. Las citaré a menudo. 

Las obligaciones de la guerra dejaban muy poco tiempo libre a Hitler. Su única relajación era estar en compañía de su perra Blondi, de Eva Braun y de sus secretarias. Un día les dijo: "Ya no me queda más que estas pocas horas que paso con ustedes cada noche."
 
 

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